Delicioso y callado,
cómo sonríe,
cómo los ojos
abre propicio,
¿Lo veis amigos?
¿No lo veis?
¿Cada vez más luminoso
cómo resplandece,
astro bañado en luz,
cómo se eleva a lo alto?
¿No lo veis?
¿Cómo el corazón
se le dilata, valeroso,
cómo pleno y noble
se le hincha en el pecho?
¿Cómo en los labios,
deliciosamente,
el dulce aliento
suavemente se exhala?
¡Amigos!
¡Ved!
¿No lo veis ni lo sentís?
¿Sólo yo oigo
esta melodía,
que tan maravillosa
y suave,
lamentándose gozosa,
diciéndolo todo,
dulcemente conciliadora,
resonando desde él,
penetra en mí,
se eleva sobre sí,
sonando propicia,
rodeándome de sonido?
Vibrando más claras,
envolviéndome ondulantes,
¿son ondas de brisas deliciosas?
¿son nubes de aromas dulcísimos?
Cómo crecen,
cómo me rodean de murmullos,
¿debo respirarlas,
debe escucharlas?
¿Debo beberlas a sorbos,
sumergirme en ellas?
¿Respirarme en dulces fragancias?
En la crecida ondulante,
en el sonido resonante,
en el universo suspirante
de la respiración del mundo,
anegarse,
abismarse,
inconsciente,
supremo
deleite.
ayer lejos de aquí en mitad de la lluvia y viento pero con un paisaje de montañas alrededor de la calzada y un cielo tremendo de tormenta me preguntó en aquella oscuridad maravillosa;
- ¿Cosas mejor que te han ocurrido en estos años?
- Pues quizas sentir lo que ocurre cuando te enamoras. Pero de verdad.
...
...
-¿que piensas..?
- ¡¿escuchará esto de nuevo alguna vez?
Unos kilómetros más tarde apareció majestuosa entre esos nubarrones la luna llena.
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