Esta noche mi "luna de las mil y una noches" ya en cuarto creciente se adivina vagamente a través de la micro celosía de que esta hecho el store y la vidriera situada tras el. Vagamente es un decir y cuarto creciente aun mas porque tan solo se divisan una sucesión de puntitos blancos que al encender el monitor prácticamente desaparecen. Pero por un instante he subido esa suerte de cortina, he abierto la ventana y ahí esta ella deslumbrantemente blanca en mitad de un cielo azul oscuro negro y tan solo una estrella mas a mi izquierda o su derecha según se mire.
Te iba a escribir esta noche como tantas otras. Y como tantas otras acabaría como esas tantas por no enviarte misiva alguna. Cuantas papeleras amontonadas en un rincón de la cochera a las traseras del tanatorio llenas de papeles arrugados en una suerte de pelota informe.
Te iba a contar que hoy me ha llegado por fin "la Edición del centenario de la trilogía; Contrato con Dios, del Will Eisner". Tan solo ha tardado un día en llegarme y no entiendo por que hasta la semana que viene no me llega el otro volumen "Barrios, bloques y basura, de Julia Wertz" si los he pedido juntos. Quizás por la cuarentena que el personal pide y pide y los mensajeros no dan a basto o que venga de diferentes librerías. Vete a saber...
Es lo que mas echo de menos... Ahora ojearíamos y leeríamos juntos esas historias gráficas con la correspondiente música de fondo elegida por cualquiera de los dos y con la que los dos estaríamos de cualquier forma de acuerdo. Esta es la soledad verdadera y no la soledad física, la que tanto echo de menos desde que te deje ir.
He impreso una foto de aquella luna de las mil y una noches, de aquellas noches veraniegas azul oscurisimo que nos miraba escuchar músicas apoyados espalda con espalda con aquel casette Philips, tuyo donde yo te grababa mis discos. Y que acabaran enredados una vez mas, carta y foto, en una bola de papel en la papelera.