06 jun
Fui siempre un fan de Lon Chaney, "El hombre de las mil caras" que se caracterizaba el mismo para cada una de sus películas. Fan de Chaikovski, de la novela y el cómic góticos, Puccini, de Charles Baudelaire, Sus flores del mal fue mi libro de cabecera durante muchos años. Y tantas otras cosas que alguien quizá sabe o supo que me gustaban, algunas si otras creo que no. Seguramente ahora posiblemente sería un, en parte, desconocido de pasar un rato juntos.
Sigo disfrutando con prácticamente las mismas cosas, emocionandome con ciertas músicas. Parezco el mismo de siempre pero a veces soy también, lo reconozco el hombre de las mil caras que aquel alguien algún que otro momento ahora, quizás no llegaría a reconocer a pesar de la transparencia.
No estaría mal...
¿Que m'importe que tu sois sage?
¡Así que bella! Et sois triste! Les pleurs
Ajoutent un charme au visage,
Comme le fleuve au paysage;
L'orage rajeunit les fleurs.
Je t'aime surtout quand la joie
S'enfuit de ton front terrassé;
Quand ton coeur dans l'horreur se noie;
Quand sur ton presente se implementa
Le nuage affreux du passé.
Je t'aime quand ton grand oeil verse
Une eau chaude comme le sang;
Quand, malgré ma main qui te berce,
Ton angoisse, trop lourde, perce
Comme un râle d'agonisant.
¡J'aspire, volupté divina!
¡Himno profundo, délicieux!
Tous les sanglots de ta poitrine,
Et crois que ton coeur s'illumine
Des perles que versent tes yeux.
II
Je sais que ton coeur, qui regorge
De vieux amours déracinés,
Flamboie encor comme une forge,
Et que tu couves sous ta gorge
Un peu de l'orgueil des damnés;
Mais tant, ma chère, que tes rêves
N'auront pas reflété l'Enfer,
Et qu'en un cauchemar sans trêves,
Songeant de venenos et de glaives,
Éprise de poudre et de fer,
N'ouvrant à chacun qu'avec crainte,
Déchiffrant le malheur partout,
Te convulsant quand l'heure tinte,
Tu n'auras pas senti l'étreinte
De l'irrésistible Dégoût,
Tu ne pourras, esclave reine
Qui ne m'aimes qu'avec effroi,
Dans l'horreur de la nuit malsaine
Me dire, l'âme de cris pleine:
«Je suis ton égale, ô mon Roi!»
MADRIGAL TRISTE
¿Qué gran pecado es que llores?
Sé bella y sé triste: el llanto
añade a tu rostro encanto
como la lluvia a las flores.
Te amo cuando la alegría
muere en tu frente sombría
y el labio contraes callando
y envuelve tus ojos fría
la nube gris del pasado.
Te amo cuando un llanto lloras
como la sangre caliente,
cuando mis besos imploras
y, para asomar su frente,
las interrumpen traidoras
tus angustias bruscamente.
Bebo ¡voluptuosidad divina!
¡honda música dañina!
los sollozos de tu pecho
y creo que se ilumina
tu alma con la cristalina
lluvia del llanto deshecho.
Ya sé que tu corazón
desierto, en la dispersión
de los amores pasados,
arde en caliente ignición
como los hornos cerrados;
ya sé que tu orgullo, pasión
de los grandes condenados.
Pero hasta entonces, querida,
que es tu pesadilla hundida,
como es un eterno encierro,
sueñes sangre y carne herida,
filtros que quitan la vida,
y espadas, pólvora y hierro;
hasta entonces que insensible
viendo la dicha imposible,
bebas, al sonar las horas,
las caricias corruptoras
del hastío irresistible,
no podrás ¡oh, reina esclava!
que me amas fuera de ley,
gritarme en la noche brava:
"¡Ya soy tu igual, oh, mi rey!"
— Charles Baudelaire
It wouldn't be bad at all; to be loved with such darkness and splendour, to weep beside you in the rain of your soul, and in sorrow, find our crowns.
ResponderEliminarNo, no estaría nada mal.
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