chica sentada en una banco

Esta mañana hacía una de esas mañanas en que la primavera suele lucirse. Solo ha salido tenue y muy a ratos el sol entre cumulo-nimbos  que llenaban todo el cielo. Una exhibición de luces y sombras que volverían loco a cualquier pintor o fotógrafo. Solo que la temperatura no pasaba de cinco grados Celsius.

 Pero no se puede tener todo.

Al bajar la he visto en una de esas tiendas que venden legumbres, chocolates, infusiones, aceites de todas clases, y no se que mas...

Estaba de espaldas y llevaba un chubasquero. Y sobre el caía su media melena que ahora es de ese color del que se me va poniendo el pelo a mi.

Siempre me gustaron las mujeres menudas. Sera por eso que parece que nunca envejece. El tiempo no pasa por ellas.

Me recuerda mucho a Aquella, aunque sus caras no se parecen en absoluto.

Ha empezado a llover de nuevo, así que volveré a ir ha tirar alguna otra foto antes que cambien las luces. ¿Y quien sabe? 

quizá también alguna acuarela.

Ella, 

puede ser el rostro que no puedo olvidar,

un rastro de placer del que me arrepiento,

puede ser mi tesoro o el precio a pagar,

puede ser la canción que canta Salomón,

puede ser el frescor que trae el otoño,

puede ser un centenar de cosas tristes

a lo largo de un día.

Ella,

puede ser la bella o la bestia,

puede ser la hambruna o el banquete,

puede convertir cada día en cielo o infierno.

Ella puede ser el espejo de mis sueños,

la sonrisa reflejada en una corriente de agua,

ella puede no ser lo que quizás parece,

dentro de su caparazón.

Ella,

 que siempre parece tan felíz y orgullosa,

cuyo ojos pueden ser tan discretos y orgullosos,

a nadie se le permite verlos cuando llora.

Ella puede ser el amor que puede y espera durar,

puede venir a mi desde las sombras del pasado

que recordaré hasta el día de mi muerte.

Ella,

puede ser la razón por la que sobrevivo

el dónde y por qué estoy vivo.

Por la que me preocuparé en los años duros y lluviosos,

yo, yo haré frente a su risa y a sus lágrimas,

y haré de ellas mi souvenir,

a donde vaya yo tengo que ir,

el sentido de mi vida es...

Ella, ella, ella. 

Elvis Costello