Esta mañana el cielo está nublado y me encanta, no hará más de veintidós grados y eso después de una noche tropical es todo un regalo. El cielo está todo lleno de nimbos y cumulonimbos con muchas pinceladas azules de varios grados como en los cuadros que me gustaba hacer. He tenido que tirar varias fotos en los huecos que dejan las copas de los árboles, más bien los diferentes cipreses en el cielo a la salida del cementerio.
He de reconocer que ha sido un paseo extraño como lleno de señales por decir algo. Sin dejar de mirar arriba a esas nubes lo primero que me he encontrado ha sido un gato de ese color que lo mimetiza con el terreno subido y casi dormitando sobre una de esas tapias nefandas coronadas por cristales rotos de botellas. El se las debe haber arreglado bien porque estaba tranquilamente arriba del todo con lo que pienso que habrá sorteado eso peligrosos trozos de vidrio de cores. Al principio me ha costado verlo, ya digo por el color de su pelaje que se mimetizaba con la pared y la sombra de las ramas o quizás porque los cristales de mis gafas también están polarizados y luego mis ojos semi artificiales después de la operación. Ha semiabierto los ojos unas décimas de segundo, primero uno y al poco los dos. Luego me ha ignorando olímpicamente como si a una especie carente de importancia para el.
Mas arriba, mas gatos, ahora muchos, antes eran todos siameses, ya lo he contado en alguna entrada anterior, ahora esa familia gatuna empieza a girar por goleada al negro intenso, empezó con un extraño marrón casi negro merced al cruce de una raza y la otra y ahora los siameses empiezan a ser minoría, pero sigue esa familia gatuna igual de complaciente conmigo a pesar de que no les doy de comer, se ve que me han adoptado como mascota humana a lo largo de estos años. Me encantan estos bichos, a pesar de la máquina cruel de matar que son. Al llegar los mas grandes como siempre se han acercado al verme llegar, de vez en cuando les toco la cara y el lomo y eso les encanta. Los mas jóvenes aún me miran con cierta prevención, pero ya va , ya va...
Uno de los jovenzuelos totalmente negro jugaba con un pájaro, como suelen antes de comerselo. La suerte del pobre plumífero es que ya estaba fiambre se ve que como inexperto aun lo ha matado antes de empezar a jugar con él, cosa que ha hecho durante mucho rato y que he podido fotografiar. Contaba un dia un veterinario que luego de quitarle a un gato una presa como esa intentar mínimamente salvarla era prácticamente imposible por como la dejan antes de matarla y comérsela.
He vuelto a mirar las nubes y me he alejado ya bajando hacia la plaza para ir a comprar el periódico, y a la salida del arco de Santiago me he parado en el jazmín (planta) de la terraza siguiente después del arco y he cortado un jazmín como otras veces. Venía oliendo la flor cuando he empezado a bajar las escaleras que llevan a la plaza mayor y desde donde se ve toda ella cuando de una de las terrazas de los bares en los soportales he visto salir una chica que me ha llamado mucho la atención, me imagino que por el peinado, parecido al que siempre llevaba Amy Winehouse pero mucho mas comedido y bastante normalito. Vestida con un vestido cortito de esos veraniegos estampado de creo un color como rojizo o vete a saber porque no consigo recordarlo, pero una cara muy agradable.
He seguido bajando las primeras escaleras, ella ha subido las de mas abajo hasta llegar prácticamente a mi altura. Ha mirado la flor que llevaba en la mano. En unos instantes antes de llegar a mi altura he mirado la flor yo también levantandola un poco y oliendola de nuevo y he pensado; ¿Y, si se la das?
Sigo sin saber de qué color exacto es ese minivestido mientras cruzo la plaza hacia la librería del periódico no sin antes girar la cabeza ya a mucha distancia de ella ya arriba de las escaleras en dirección a la ciudad medieval y ella ha vuelto la cabeza y nuestras miradas ahora si se han encontrado aunque en la distancia.
El vestido es de color negro con flores rojas como campanillas, realmente parecían ipomeas pero con los estambres en el centro de color oscuro al contrario que estas flores normalmente claro, pero el diseño lo hace el creativo de moda y puede dar rienda suelta a su imaginación.
Lo sé porque aunque parezca mentiras, he vuelto a cruzármela pero esta vez en la acera de mi casa muy, muy lejos de a donde se supone que se dirigía un rato antes.
Me gustan más las nubes que los gatos, sean del color que sean.
ResponderEliminarSon preciosos esos bichos pero son, lo que son.
EliminarWhat a beautifully textured morning—full of clouds like brushstrokes, stealthy cats, and fleeting, almost cinematic encounters that linger in the mind like the scent of jasmine on a warm, moody breeze
ResponderEliminarUna mañana muy agradable de verano.
Eliminar22 grados para la noche (3 de la madrugada) es calor para la mañana (6 de la mañana) es genial, la diferencia es intentar dormir o salir a pasear, y tus paseos son retazos de vida donde se sueña. Si hay una flor y una mujer hay que dársela.
ResponderEliminarSe la merecía, todas se la merecen.
EliminarFirmaría por 22ºC todo el resto de mi vida... ¡ah! y que lloviera por las noches...
ResponderEliminarLos gatos, ley de vida, poco podemos hacer nosotros con sus instintos, com ellos con los nuestros.
Y la chica... ¿Por qué será que creía que le habrías regalado la flor?...
Besos
Me gustan esos bichos, que se va a hacer. No se puede ir en contra de la naturaleza.
EliminarBesos
A mi las nubes me encantan, el jazmín también.
ResponderEliminarJo también creía que se lo darías a la chica de rojo ( o no tan rojo).
Desde luego esta chica era menos peligrosa que mi mujer de rojo (bueno la mujer de rojo de Paula, que tomé prestada)
Un abrazo, Erik!
Yo no he dicho nada de que se lo o no diera, eso parece que lo dedujo alguien,pero no se realmente porqué. Y esta no es la mujer de rojo a la que me refería, esa aún no la he publicado.
EliminarUn abrazo.
Me gustan muchos tus paseos fotográficos, las fotos de hoy me encantan, aunque tengan su lado cruel, no sé si habría podido hacer esa foto, pero me ha gustado.
ResponderEliminarHice un montón y luego me fui pero él seguía jugando con el pájaro. Es la naturaleza en vivo.
EliminarMe gusta la historia que pasa del cielo a los gatos y a una mini historia romántica ja.
ResponderEliminarExcelente la foto inicial de nubes y arboles... saludos
El cielo en el cementerio.
EliminarSalud.
Precioso el paseo, me ha gustado no tanto por lo que hacía el gato, aunque me gustan los gatos, pero más me gustan los pájaros. Las fotos preciosas, me encanta la de la plaza. Besos.
ResponderEliminar
EliminarGracias Teresa, no se podían evitar esas fotos.
Besos.