31 may
Se acerca el verano y salvo alguna noche, lo normal es un cielo lleno de estrellas, un paseo como tantas veces a lo largo de los años con o sin compañía, arriba de la ciudad donde el cerro tiene su pico sentarse en un banco de la alcazaba o simplemente tirarse en uno de los canchos de ante la muralla, boca arriba, mirar como los pájaros revolotean alrededor de la luna y una vez idos a dormir escuchar la música bajo esa bóveda azul oscuro y no pensar mucho.
There’s a quiet magic in those familiar summer nights—where the stars, the breeze, and the rhythm of the city below come together in a kind of gentle solitude that asks for nothing but your presence
ResponderEliminarAhora es el simpre agrado de tumbarse y mirar arriba y procurar no pensar ni echar nada de menos.
EliminarCómo envidio las fotos que le haces a mi amiga!
ResponderEliminarHoy la música la he disfrutado mucho-
Hay discos escondidos por esos rincones que junto a esas visiones y si no hace demasiado calor a esas horas allá arriba te pueden hacer estar muchas horas.
EliminarTumbada boca arriba mirando estrellas o sentada admirando tus fotos, el verano promete
ResponderEliminarEs lo bueno de esas noches con permiso de los calores.
EliminarEn esos momentos parece que todo desaparece, incluso el calor.
ResponderEliminarImagino que a esa altura poco calor, lo malo llega a la hora de volver a casa. ;-)
Mi querida luna te ama, porque se pone preciosa al fotografiarla.
Besos
Impresionantes imágenes, son preciosas, Erik. Disfrutemos del verano, pero con este calor... buf.
ResponderEliminarBesos.