Es curioso porque andaba comiéndome el coco por aquello de:
-Ahora que ya no tengo nada que hacer tan solo me gustaría
poder estar tranquilo y solo dedicarme a lo que me gusta. Escuchar mi música,
leer, mirar todo lo bello y a la vez
sencillo pero terriblemente complicado que es cualquier sujeto natural.
En fin. Que me dejen tranquilo a mi aire.
Dejar pasar el tiempo que me quede sin estridencias. Va a
ser que no. Seguro.
Entonces me he topado con ese vídeo de esa canción que viene
totalmente a cuento. Y esta vez sin buscarla. Tan solo abrir Youtube y ahí
estaba colgada.
Haciendo tic tac con los momentos que componen un día monótono
Desperdicias y consumes las horas de un modo desconsiderado
Dando vueltas en un pedazo de tierra en tu ciudad
Esperando por alguien o algo que te muestre el camino.
Cansado de tumbarte bajo el sol
Quedándote en casa mirando la lluvia
Eres joven y la vida es larga y
Hoy hay tiempo que matar
Y luego te das cuenta un día De que tienes
diez años detrás de ti
Nadie te dijo cuando correr,
llagaste tarde al disparo de salida.
Y tú corres y corres para alcanzar al sol, pero se está poniendo
Y girando velozmente para de nuevo elevarse por detrás de ti
El sol es el mismo de modo relativo, pero tú eres más viejo
Con aliento más corto y un día más cerca de la muerte.
Ya no se lleva. Pero en tiempos no se cuantas escribiría, las que importaban con estilográfica. Iban y venían. Venían pero algunas no salieron de nuevo. Mas de un error. Otras Ya solo se escribieron virtuales, y nunca sabré que llegaron.
Te vi una
vez, una sola:
Te vi una
vez, una sola, años atrás;
No diré
cuántos, aunque no fueron muchos.
Fue en
julio, a medianoche, la luna llena,
Elevándose
como si fuera tu alma, se abría,
Rauda,
camino cielo arriba. De su halo,
Una sedosa
llovizna de luz plateada
Caía tibia,
soñolienta y suavemente
Sobre los
rostros vueltos de las mil rosas
De un jardín
encantado que la brisa
Sólo osaba
visitar de puntillas;
Caía sobre
los rostros vueltos de esas rosas
Que, a
cambio de la amorosa luz, se desprendían,
En un
éxtasis final, de sus almas llenas de aroma;
Caía sobre
los rostros vueltos de las rosas
Que,
embelesadas por ti y por la poesía
De tu
presencia, morían con una sonrisa.
Toda vestida
de blanco, te vi reclinada a medias
Sobre un
lecho de violetas; la luna, entretanto,
Bañaba los
rostros vueltos de las rosas y el tuyo,
Vuelto
también, aunque con aflicción, hacia ella.
¿Acaso fue
el destino -ese destino que a menudo
Solemos
llamar aflicción- quien, esa medianoche de julio,
Me retuvo
junto al portal del jardín para que oliera
El incienso
que desprendían las rosas? No había eco
De pisada
alguna: el mundo odiado dormía; todos
Salvo tú y
yo. -¡Oh cielos! ¡Oh Dios! Cómo sublevan,
Al juntarse,
esas dos palabras mi corazón-. Todos
Salvo tú y
yo. Me detuve, eché una mirada
Y de pronto
todas las cosas se esfumaron
-Aquel era
un jardín encantado, ¿recuerdas?-.
El
resplandor perlado de la luna se disipó;
Los bancos
mohosos y los sinuosos senderos,
Las flores
alegres y los árboles vencidos
Cesaron de
existir; incluso el aroma de las rosas
Sucumbió en
brazos del aire adorable. Todo,
Todo expiró
menos tú, todo salvo tú:
Salvo la luz
divina de tus ojos,
Salvo el
alma de tus ojos elevados.
Sólo a ellos
vi, para mí fueron el mundo.
Sólo a ellos
vi, sólo a ellos durante horas.
Sólo a ellos
mientras brilló la luna.
¡Qué
historias lastimosas parecían encerrar
Esas
celestiales y cristalinas esferas!
¡Qué oscura
congoja! ¡Qué sublime esperanza!
¡Qué mar de
orgullo silencioso y sereno!
¡Qué osada
ambición! ¡Y qué profunda,
Qué
insondable capacidad para amar!
Pero al fin
la noble Diana se retiró
Hacia su
lecho occidental lleno de negras nubes;
Y tú, un
fantasma, te escabulliste también
Por la
arboleda sepulcral. Sólo tus ojos permanecieron;
No deseaban
irse: aún no se han ido. Aquella noche
Iluminaron
mi solitario regreso a casa y, desde entonces,
Al contrario
que mis esperanzas, no me abandonan.
Siempre me
siguen, me han guiado a través del tiempo;
Son mis
ministros, yo soy su esclavo. Su cometido
Es iluminar
y dar tibieza; mi deber
Es ser
salvado por su brillante luz,
Purificado
por su ardor electrizante,
Santificado
por su fuego puro.
Tus ojos
llenan de belleza y esperanza mi alma
Y titilan,
lejanos, en el firmamento. Son las estrellas
Ante las que
me postro en las vigilias solitarias;
Mas en la
diáfana claridad del día también los veo:
He visto colorear de rojo azul y negro. Porque la noche venia ya. Y he visto ese cielo que trae el verano y que pronto se llenara de ruidos de insectos entre la hierba seca. Y arriba por encima de los tejados la silueta negra de las torres de los palacios de la ciudad vieja. Y el calor ahora aun tranquilo, y la luna queriendo hacerse ama en la oscuridad incipiente. Y he vuelto a recordarme tumbado panza arriba sobre el cancho cálido de todo el día y la radio lejana y tu voz mezclada con ella también lejana, aunque a mi lado las dos.
Ahora ya me he ido
Solo
Fantaisie
Il est un
air pour qui je donnerais
Tout
Rossini, tout Mozart et tout Weber,
Un air très
vieux, languissant et funèbre,
Qui pour
moi seul a des charmes secrets.
Or, chaque
fois que je viens à l’entendre,
De deux
cents ans mon âme rajeunit :
C’est sous
Louis treize ; et je crois voir s’étendre
t&e Estuve mirando mis archivos fotográficos y a la vista de multitud de fotos he llegado a la conclusión que en realidad pareciese que he sido un buscador de sombras.
Y todo por culpa de un controlador de pantalla nuevo que fallaba.
Hace un rato veía a alguien pintar. Me gusta mirar como pegan la pintura sobre el lienzo sobre todo cuando, y eso, se ve, quien lo hace sabe como. Es una delicia. Parece una tontería pero a mi me gustan esas tonterías, o como quedarme como bobo mirando una nube mecida por el viento por ejemplo. Confieso que cuando pintaba nunca me fije como ponía mis manos y mi pincel sobre el lienzo y seguro que si lo hice pero en esos momentos los ojos y la cabeza están en otro mundo. Tan solo tengo que cruzar esa puerta de cristal y a cuatro pasos están todos mis pinceles viejos y manchados amontonados en un búcaro lleno de pintura seca. Y pienso en la sensación eléctrica de tomarlos y pegar pintura con ellos. "Petite mort"
t&e Fue una buena época. Escuchaba la mejor música y tuve al tiempo la mejor compañía. Era cuando oía mis discos acompañado e incluso los compraba igualmente. Finales de los sesenta hasta finales de los stenta. Recuerdo ese periodo en technicolor, que por cierto era la película que usaba por entonces para mis fotos. Lo cierto es que aquellos grupos y cantantes se lucían. Aunque también...
Es que han habido pocos grupos con tan mala suerte como este en la historia del Rock
Echo tanto de menos tus letras. . . Aquellas... Esas que ponen los pelillos del cogote de punta y que parece que vienen de otro mundo. Aunque estén escritas o quizás solo pensadas en aquel "árbol mas alto del Montseny" o encima de un pedrusco mirando el mar. ¡Pero como eres como el Guadiana...! Cualquier día