¡Esperanza muertaaa..! sube hasta los cielossss.

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Todos los cuadros tienen alguna historia tras de si. Al menos los míos si la tienen, ahora que lo pienso, todos. Todos los que pinte alguna vez.

Ese de arriba ya lo he contado no se si en este blog o en algún otro de los que tuve.

Se lo pinte y regale ademas a un amigo que se caso cierto mes de Julio de ya no recuerdo que año que por cierto llovió, ese mes mas que el día que enterraron a Bigotes. Creo que hasta hice mención a esas lluvias detrás del cuadro. Y de como cierto día, algunos años después me lo encontré junto a una fotocopiadora de esas grandotas en el trastero de una notaría a la que solía ir a menudo ya que por entonces era apoderado en un una entidad bancaria de esas grandotas también.
Ni que decir tiene que me sentó como una patada en los homologos, mas sabiendo que sobre la chimenea de la casa de este amigo colgado se encontraba un puzle de un tamaño parecido a esa acuarela con una capa de barniz del que imita al oleo, bastante cutre por cierto.
Algún tiempo después en alguna otra visita a la notaría en cuestión vi que un compañero de este "amigo" lo había colgado tras de si en su despacho.
Al menos respire un poco.

Lo que no he llegado a contar  es la historia que lleva consigo este cuadro. Sí, se lo pinte  para él, pero se lo pinte con la esperanza de que su hermana en alguna visita a su casa lo viera y viera mi firma en el. Se lo pinte a ella por ultima vez como le pintaba o dibujaba cuando aun estábamos juntos.

Esperanza muerta. Claro.

Posiblemente nunca lo habrá visto, por que, ahora al cabo de mas de treinta años y ya jubilado y todo, yo,  hace unas semanas tuve que ver a este amigo para recoger unos documentos que me tramitaron. Y ahí estaba mi acuarela junto a su mesa en su despacho.

-¡Mira!  ¿Lo reconoces....? me espetó.

Preparado para llevárselo a casa.

En fin ya da lo mismo.

¿No?