Hoy no soy un romántico empedernido. Solo me caí de una higuera.

Acabo de apagar la tele porque estos que piensan que somos bobos (¿Joer lo seremos?) al fin y al cabo después de todo no se van a poner de acuerdo jamás a menos que se apañen algo.

La fauna política sigue hablando con las paredes.

Ahora tenemos paredes de mas colores, antes solo dos.

Andan intentando hacer creer al personal que se trata de una segunda transición pero claro eso se lo pueden creer sus compañeros de edad, que no la vivieron.  Porque los que anduvimos corriendo en la primera, la única,  no vemos por ningún lado algo que se le parezca.

Entre iluminados (¿o será ilustrados?), cavernícolas y despistados, aquí seguimos esperando a que los batracios críen pelo.

Me imagino que si estuvieran en una empresa ya les habrían echado a la calle por no hacer nada, pero también me temo que a estos les vamos a seguir pagando a pesar de seguir perdiendo el tiempo.

A ver si de pronto aparece un salvador de esos a los que no ha llamado nadie y luego nos duela la cabeza.

Pero aquí ya somos demócratas de toda la vida.

Así es que vamos a ir preparando la declaración de la renta.

Seamos malos que si no vamos a ir al cielo y las discotecas marchosas están en el infierno.

¡Ea!  ¡Así nos vamos a quedar todos...!