Estación del bus.
- Hola Isabel...
Me ha mirado un momento con cara de extrañeza. Y al final:
- ¡ Jo ! No te había reconocido con esas gafas oscuras. ¿Que haces? ¿vienes para allá?
Me da dos besos...
- No, no, acompaño a mi hija peque que se marcha ya, mira es ella.
- Y, esta. Debe ser tu mujer.
- Si, bueno, pero no. Ella es suya no es mía.
- ¡ Joer ! igual que mi hermana. Tal para cual. Bueno es un decir. Que habria sido, si.. . de... ¡ Bueno, yo me entiendo..!
- Mira. Es Isabel la hermana mayor de Elvira.
P.D. Yo sigo estando igual de loco que entonces. Imagino que ella también. La madre de las niñas lo estuvo mucho también un tiempo, incluso mas. Era tan joven. Luego se quedo cuerda de pronto (me imagino que seria por trabajar de madre) .
No se. Creo que ahora que se fueron las nenas fuera lo mismo volvemos a salir juntos de vez en cuando.
Pero tendrá que ponerse de nuevo un poco loca.
Pues nada, a ponerse un poco majara, yo siempre lo he estado y continuo igual... :)
ResponderEliminarSalud
Muy curiosa tu historia. Después de leerla se pregunta uno, en la realidad, en la vida de a diario ¿quién está loco?¿qué es la locura? La línea entre la cordura y la locura o no está claro o incluso no existe.
ResponderEliminarSAludos.
A estas alturas para que vamos a andar cambiando querido amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues seguro que loco esta el que dice que no lo esta.
ResponderEliminarSaludos.
Venga, todos un poco locos (es más divertido) 🙂 besos
ResponderEliminarEs cierto, Laura de lo contrario la vida sería demasiado plana.
ResponderEliminarKss