A veces, cuando la noche me aprisiona,
suelo sentarme frente a una cabina
telefónica
y contemplo las bocas que hablan
para lejanos oídos.
Y cuando el hielo de la soledad
me ha desvenado, los barrenderos moros
canturrean tristemente
y las estrellas ocupan su lugar,
yo acaricio el teléfono
y le susurro sin usar monedas.
(Felix F. Casanova)
Estoy confuso, no se si es otra versión que recuerdo vagamente con voz de mujer...
ResponderEliminarSalud
Si. Nina Simone.
ResponderEliminarSaludos