He vuelto a salir, como hacía... Al atardecer, cuando el sol empieza a marcharse.
Suelo al igual que en los amaneceres subir a las alturas de la ciudad medieval y perderme por sus esquinas mientras me maravillo con los contraluces a veces totalmente lisérgicos por la explosión de colores.
Pero esta tarde decidí que tan solo un paseo urbano sin acercarse a las nubes.
Hacía mucho frío, pero claro es invierno.
Aún no han quitado las luces, pero es que además tampoco las han apagado por lo que en un principio en ese instante de la tarde en que ni la luz del sol alumbra ya lo suficiente ni las artificiales de los faroles tampoco, el decorado merced a los colores de las guirnaldas navideñas hacían esa oscuridad aún más lúgubre unido todo ello a la falta de personal en esas calles. No me quejo, me gusta esa oscuridad gótica, así me he concentrado en esta o aquella ventana iluminadas, más o menos arriba que dejaban ver el techo con algún plafón cuadrado y parte de las paredes armoniosamente decorada con una pequeña colección de cuadros y una especie de galería de cristales y madera que dividía en dos la estancia. O aquella otra, esta vez tras un balcón en la que una chica con una melena que a duras penas dejaba ver parte de su cara parecía enfrascada en la lectura de algo y junto a una botella de agua de esas grandes sobre la mesa.
Hace frío, ya lo dije antes... Entre la visera de la gorra y la mascarilla, los cristales de las gafas se empañan sobremanera y al final solo imaginas el paisaje, y es que si te las quitas terminas por ver aún menos. He pisado algo blando y pastoso, menos mal que aun me queda paseo y terminará por limpiarse la suela del zapato. Iba a soltar un improperio, pero para que, no hay nadie que me escuche alrededor.
¡Vaya una pareja! de pronto alguien. Cada uno de ellos con un teléfono en la oreja. ¡Que cosa mas rara!
En fin voy a seguir mi paseo a ver si por fin limpio el zapato.
Bueno, los de los móviles van juntos, pero van tan solos como yo.
El invierno regala a veces bonitos atardeceres.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchos, muchos...
EliminarBesos
Tu entrada no tiene desperdicio. La soledad en compañía , los excrementos ( lo digo así por no manchar tu blog ) menos mal que te compensó el bello atardecer del que disfrutaste. Buena semana .
ResponderEliminarGracias Chelo.
EliminarUn abrazo
El paisaje invernal... A veces abraza y reconforta.
ResponderEliminarMil besitos, Erik.
Todas las estaciones tienen sus momentos...
EliminarBesos
¡No hay nada mejor que la soledad acompañada!, jejeje.
ResponderEliminarTraspasa el frío de tus fotos... ¡abrígate bien!.
Besos.
Ya dicen que va a mejorar.
ResponderEliminarBesos.
Que recuerdos me ha traído esa canción...
ResponderEliminarEramos tan jovenes...
EliminarSalud