sombras

 

        Me he quedado unos instantes con la mirada perdida como esas veces cuando piensas en algo y no ves. Y sí, el decorado que tienes enfrente, porque el lugar es el mismo pero no el tiempo. 

        Hacía una de esas mañanas brillantes en que la luz produce mil sombras de un contraste mágico por intenso, entre esas sombras y esas mismas luces que las crean y sin embargo yo solo podía ver un día nublado y lluvioso y mucha gente con paraguas apelotonados de aquel otro día, mientras hoy,  solo yo, frente a ese lugar vacío. He podido a la vez escuchar el chapoteo grave de las gotas sobre los paraguas que portábamos y al tiempo, de vuelta al presente,  tras el son de 'La chica del adiós' escuchar perfectamente el sonido endiablado del viento en la copa de los cipreses y árboles a pesar a ese sol radiante que producía aquellas luces.

        Muchas mañanas cuando te envío ese beso a no se donde... No puedo dejar de pensar, amiga del alma, que contigo pasé aquella noche el momento más  intenso y caliente que jamás he tenido con una chica, incluso ni con mis dos únicos amores, y uno sabes como de fuera de este mundo fué porque eras amiga de su hermana pequeña. Y es que aquella noche en la disco con esa canción de James Brown y el calor de aquella sala... 

 

      Aun puedo sentir tus dedos desabrochando los tres primeros botones de mi camisa a pesar de mis advertencias sobre lo que éramos el uno para el otro y lo que representabas solo para mí,  y hundir tu cara sobre mi pecho. Después  ya se paró el mundo. Ni veía las luces de los espejos del globo girar en todo el recinto a oscuras ni la luz negra haciendo brillar todo lo que era blanco hasta el paroxismo a la vez que ennegrecía las caras y los labios. Solo aquella música  que nos hacía pegarnos aún más si es que aquello fuese posible. No lograba entender cómo podías besarme así apretando tus labios en mi pecho mojado de sudor  mientras yo te sujetaba con mis brazos bajo tu melena oscurísima apretando con mis manos tu cuerpo contra mi sintiendo tus pechos clavárseme . Juro que esa noche me faltó un milímetro para llevarte a aquel lugar del que algún día hacía tiempo te rescate de las manos de nuestro común amigo del que tontamente te habías enamorado, mientras para él tan sólo representabas una pieza de caza, muy bonita, si pero solo eso. 

        Luego como si nada hubiese ocurrido y sin hablar mucho,  tan solo te deje en casa y me marché a la mía.