Y era entonces, cuando ya se intuía el otoño y las tardes se tornaban desapacibles. Que volvían aquellos finales de finde. Tristes domingos por la tarde, en que regresaba a la universidad. Y mientras con paso cansino, daba yo una patada al aire con el fin único de hacerlo a cualquiera de aquellas hojas secas y ocre (vaga ilusión, como la otra) que el viento movía a su antojo mientras me alejaba en sentido contrario al coche que la alejaba kilómetros hasta. . . O de. . .
músicas en esta pagina : ' The Cars - Drive'
Esa foto tiene que traer muchos recuerdos... :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Esa o cualquiera parecida, Genín.
ResponderEliminarSaludos
Casi podría desaparecer todo lo que les rodeaba, sólo existían ellos dos.
ResponderEliminarBesos.
Es bueno y sin embargo al mismo tiempo no lo es, porque vivir tan intensamente juntos que no dejas espacio para mucha mas gente cuando termina, el vacío es tremendo y el tiempo hasta que llega alguien nuevo es eterno.
EliminarY para que nos vamos a engañar... del todo del todo no se olvida nunca.
Nuestras vidas están llenas de fantasmas. Muchos fantasmas.
Besos