después de la tempestad. -colores-

 

14.02

Todo iba hoy de eso. Cada película, cada canción, cada entrada en algún blog. Todo.

Ya lo he dicho un montón. 

Yo me enamore dos veces. 

Una durante siete años (creo). Otra, no se cuanto rato, creo que tenía veinticinco años, ahora tengo sesenta y nueve recién cumplidos. 

Es bonito. Al menos cuando me muera podré irme contento por haber sentido algo así de raro e intangible pero que lo llena todo, todo. Teniendo en cuenta que era de ciencias y que no lo podía tocar, ni ver, ni explicar, es algo como mínimo muy extraño.

Pero esta bien. Sí, está muy bien. Aunque no siempre dure, como las duracels esas. Porque solo haberlo sentido ahí adentro, ya es una experiencia.

Buena. Gratificante.

Ahora que ya no tengo mucho que hacer, me dedico a ver o al menos intentar ver, la belleza que se arrastra sibilinamente por los rincones.

Y quedaban de la noche tempestuosa, las gotas sobre las hojas y algunos pétalos. Y era mismamente como si sobre sus colores, se hubieran posado un millar de pequeños diamantes redonditos y luminosos.

Y ahí yo como un bobo mirando de cerca algo que me parecía muy bonito. Y seguramente el tipo que corría enfundado en lycras de colorines que pasaba junto a mi tan solo volviendo la cabeza, miró un instante con cara de pensar: -¡Vaya! ¡Un simple! ¿No tendrá nada más que hacer?

Y no. Nada más ni nada menos que mirar cómo los rayos del sol se refractan en las gotas sobre las plantas o las del agua cayendo desde una fuente.

Luego el horizonte llenándose de nubes que quizás presagiaran que la tempestad no se había ido del todo, pero que al final se quedó en intento. 

Porque el día termina de nuevo en colores.

Músicas en esta entrada:  Emilie-Claire Barlow - Les Yeux Ouverts (sub español)