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Ha vuelto a salir uno de esos días luminosos en que la calima  como mucho se queda en pequeñas neblinas en las faldas de Gredos muy al fondo en el horizonte. Los cielos aparecen azules de nuevo, pero el calor empieza a adivinarse a pesar de la hora. Me he cruzado con la chica simpática de belleza extraña y cuerpo imposible y piernas que no parecen tener fin, paseadora de dos perros, que como cada mañana me ha saludado con efusividad como ya es costumbre en ella con todo el que se le cruza. 

He seguido subiendo en dirección a la muralla y al menos a esa hora el clima se dejaba disfrutar aun. He vuelto a mirar todo el entorno que por recurrente no deja de asombrar, como cuando ves una película varias veces y cada vez nueva, le vas sacando algo que se te había pasado por alto en los anteriores pases.

Pero  a pesar de que la atmosfera es positiva, algo en el ambiente o mas bien en tu cabeza no te deja del todo pensar que todo es tan bucólico como parecería a la vista del decorado. Un pequeño remolino juega con una pluma, ya muerta, y un poco mas al lado una hoja de color ocre seca por los calores de los últimos días... Quizás será la música, y las canciones que van saltando en el walkman que te traen recuerdos pasados de gentes que estuvieron muy cerca y ahora no tanto o ya incluso imposibles.

Es lo que tienen los paseos en solitario. Que se piensa demasiado y es difícil encontrar el interruptor para apagarlos por un momento o momentos.

Por eso he ido como de costumbre haciendo fotos y dejare al lector que con ellas se haga su propia idea de que podría pasar por mi cabeza, a través de mis ojos ya demasiado cansados.

Músicas en esta entrada:  ON THE NATURE OF DAYLIGHT - Igone de Jongh and Raphael Coumes-Marquet / DANCE OPEN 2014