Llevo sentado mirando el sol ni se sabe. O sí, pero como aquel libro que no quería que terminara nunca y leía y leía lento, lento. Igual.
No hay nadie y no estoy solo. Escribo esa carta extraña que al final no voy a meter en un frasco y tirarla a las olas porque principalmente el destinatario difícilmente iba a recibirla después de trotar sobre ola y ola. Aunque ¿Quién sabe? bien podría estar de vacaciones y toparse con ella, pero ¡que va...! seria casualidad, mucha, y yo precisamente nunca he creído en casualidades. Por eso he dejado el frasquete sobre la arena, el papel en su interior que mas tarde sacare y arrojare al agua mientras miro como la humedad va difuminando las letras entintadas, y la pluma en el bolsillo trasero de mi bañador.
He seguido mirando como el sol se mueve y cambian los colores alrededor, sentido la tranquilidad de esa soledad periférica y llenado todo de una agradable calma tan solo interrumpida de rato en rato por el romper de las olas. La siento como un fantasma imposible, porque ni es fantasma, por ser demasiado real y también imposible porque nunca suele faltar pero nunca a su vez está. No, ya no. Y será por los años de los años como ese maldito libro que no quiero que termine nunca, o como esa o aquella otra música de ambos que escucho y escuchare cíclicamente, y si cierro un instante los ojos me daré de bruces con aquellos labios y esa cara que en absoluto desentonaría con el paisaje porque es la harmonía absoluta en la harmonía del espacio alrededor.
No podría y menos desearía pedir algo mas que simplemente estar aquí sentado viviéndolo. Tan solo siento no poder mostrarte todos estos lugares que cada día traigo a esta bitácora y dejo colgado, a veces en blanco y negro, las menos, a pesar de ser uno de tus colores favoritos para vestir, y las mas en colores que le robo cada día al día.
Nunca sabremos si lo que escribimos llega al lector que no lo ha inspirado pero no pensemos que es imposible. Un abrazo
ResponderEliminarPensemoslo.
EliminarSalud
Beautiful scenery and melodrama music
ResponderEliminarGracias.
EliminarPuede que sí lo vea... nunca se sabe.
ResponderEliminarBesos,Erik!
No importa mucho
EliminarCreo
Un abrazo
Preciosa esa fotografía, también el escrito. Besos.
ResponderEliminarEs Zahara de los atunes, Teresa.
ResponderEliminarBesos
Estuve allí en diciembre del año pasado y los atardeceres son preciosos.
EliminarUna foto así, o mejor dicho, sólo un paisaje así puede inspirarte tanto.
ResponderEliminarBesos
En realidad hay quien lo inspira todo.
EliminarBesos