Paseo en la semioscuridad... Y qué si, ¿NO?;
Te pienso.
Me quedan las estilográficas, la viejísima máquina
de escribir.
No las come el polvo, están bien guardadas dormitan el sueño de unas manos.
En la carpeta de uno de los discos grandes
han aparecido unas hojas. Varias son mías, pero fueron escritas después, cuando ya no... Al poco.
Sabía que por alguna de aquellas caratulas debían andar perdidas. No se llegaron a
corregir porque total ya...
Estaba convencido de que en cuanto a las
escritas con su letra se habían
consumido en el fuego junto a las fotos y sus respectivos negativos. Las iba echando a la
pira J.M. porque a mí, la
verdad, me
daba cosa hacerlo.
Pero nunca olvide esos caracteres redonditos cada vez que recibía una de ellas. Y mira por donde fue a
aparecer aquella canción
que tradujimos,
que traducías
un día
de uno de aquellos discos oníricos, y que yo te corregí alguna frase, quedando así nuestras caligrafías unidas para siempre con la única diferencia de que la tuya era siempre
la misma mientras yo era el hombre de las mil letras diferentes.
Hola! Antes escribíamos cartas y ahora son mail. La calidez tiene que estar en dos que hablan de esta manera, intentando llevar sentimientos en un ida y vuelta reciproco. Sorprende la música que es preciosa y no conocía.Erik,no puedo escribir a tu correo,no lo veo,quizas si me envias algo pueda tener tu correo por el asunto de la musica.Me quedo esperando tu ayuda.Un abrazo grande!
ResponderEliminarEn lo único en que el mail supera al correo tradicional es en la rapidez, aunque también había encanto en esperar ansiosos y estar pendientes del buzón por si llegaba carta. ¡Qué alegría cuando llegaba! A veces me veo tentada a escribir a mis amigos lejanos cartas tradicionales, pero como seguimos en contacto por whatsapp, la verdad sería raro... y me echo atrás.
ResponderEliminarBeso