Se las ve continuamente en el pueblo desde que tengo edad para recordar. Antes venían y se volvían a ir pero últimamente a veces no se van porque encuentran suficiente comida que no hacia necesario emigrar. Lo que no recuerdo nunca es verlas en lo alto de las almenas del castillo. No se fían de los humanos lo suficiente ya que estos pasean por las torres del castillo como Pedro por su casa.
Desde el encierro por las peste (sin color) se han confiado y ahora se las puede ver ahí posadas. Lo cierto es que muchas mañanas las veo en los sitios mas extrañamente inusuales para ellas. Lo cielos están limpios, la naturaleza ha tomado los lugares que les habíamos arrebatado (de momento). Por eso aparecen bichos patógenos que tampoco eran usuales junto a estos monos adelantados que somos (o creíamos ser).
Pero esta misma mañana al mirar arriba para verlas volar a las mas jóvenes haciendo practicas para su graduación.
Me he encontrado después de muchos días una imagen familiar que confieso hacia mucho, mucho que no veía. He pensado: ¡Bah! es solo uno! Cuando en ese trozo de cielo a veces podía observar a días una concentración como si de una autopista convencional se tratara.
Y me he dicho: -¡Ya están aquí de nuevo!
Cigüeñas hay una jartá y aviones también.
ResponderEliminarAquí muchas, aviones ya empiezan de nuevo.
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Y volvemos a lo mismo de siempre, parece...
ResponderEliminarA esa cigüeña el puesto de vigía le va a durar poco, me parece a mí (gracias por traerlas al blog).
Beso
Son desgarbadas pero si que tienen gracia.
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Yo si fuera ellas tampoco me fiaría de los humanos.
ResponderEliminarUn saludo.
Del todo.
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Con lo sano que ha estado el cielo libre de contaminación... (bueno, todo el planeta) Besos.
ResponderEliminarSi de momento.
EliminarSalud