Ahora como sobra tanto tiempo que hasta se podría perder, si no fuera porque cuando alguna vez te has visto ciertamente acojonado por si de pronto se te fuera a acabar y de pronto fuera o fuese que no. Ya, cada segundo es una barbaridad aprovechable y un minuto... eso ya es que da de un de si que ni te lo imaginabas antes del accidente.
Pero si estas un poco encerrado pues a ratos se te va la hoya a las nubes y aunque parezca que lo pierdes pues mas bien es que no. Porque estar concentrado en algo es hacerlo aunque sea un poco oníricamente.
Como aquellas vacaciones que decidí quedarme en casa solo. Entonces no me importaba mucho perder el tiempo aun no le daba la importancia que le doy hoy (por eso esto del bicho también acojona) Pero como ahora, entonces en mi encierro elegido por aquello de pasar el tiempo me puse a buscar el el altillo de un armario unos negativos y como siempre que buscas algo aparece todo menos lo que andas buscando. Así apareció dentro de una caja un tocho de sobres. Eran cartas que me habían escrito junto a otras que había escrito yo y como la destinataria vivía conmigo. Ahí estaban.
¡Joder! cuanta gente hoy ni habrá escrito una ni la habrá recibido de manos de un cartero de verdad. Como aquellas, escritas con estilográfica y tintas azul clara o azul gris o negra, esas, las mías.
Era siempre una estilográfica de esas que tienen el plumín grandote y escriben grueso el trazo. Era una gozada ver como se extendía la tinta y se iba secando y hasta el olor.
Vuelto al mundo de la vigilia allí en mis manos había cartas de MR, E, P, pero ninguna de P otra de ellas. Aunque estas eran todas muy parecidas pero no por ello menos interesantes.
¡Coño! no recuerdo si las destruí en aquel momento, pero si lo hice fue otra gilipollez esta vez de proporciones inconmensurables. Y es que después de haberme arrepentido como lo hice por destruir todas las fotografías y su respectivos negativos (E) tan solo me queda el recuerdo de una sola que saque de uno de aquellos sobres y leí. Era de cuando ella estaba en la universidad en Madrid y yo aquí separados por doscientos cincuenta malditos kilómetros y se quejaba de que no podíamos como de costumbre ir a la tienda de discos a trastear y volver con una joya, juntos. Y sin embargo si su y mi, nuestra amiga. Si.
No se, podría mirar... pero en ese armario ya no queda nada de todo aquello que hubo en un tiempo.
Será por tiempo...
No sé a ti, pero a tus entradas les está sentando muy bien tu confinamiento. Otro texto para disfrutar, con el tiempo que pasa, el tiempo que hace, el tiempo que se pierde (que a mí me parece aprovecharlo, pero es que si es perdido o no es sólo un juicio)... Yo guardo todo, la mayoría de cartas, fotos y libros (lo que más quiero, creo) en casa de mis padres, pero ahí están si ellos no los van tirando. Hace años que ni miro las fotos, ni leo las cartas, pero me gusta saber que están esperando si un día necesitara hacerlo...
ResponderEliminarBeso, Erik
Es que aquellas fotos y esas cartas. Eran de ella y de lo quieres es olvidarte mas que nada. Lo que ocurre es que a veces no esta mal ver esas imagines y aquellas letras.
EliminarBeso
Yo también sigo guardando esas fotos que ahora las miras y dices eso de ¡¡madre mía qué pintas!! Cartas de esa adolescencia rara que te carteas y escribes cosas muy pero que muy raras que cuando se releen pues te ríes y sonríes un buen rato, cierto es que nuestro hoy está hecho de cachines de "ayeres".
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Alís Mar el confinamiento te está sentando de lujo.
Cuídate mucho, besines utópicos.-
No se, No se... Seguimos adelante.
EliminarBesos
Yo escribí cartas (no demasiadas). Me escribieron cartas (pocas) que no se donde acabaron.
ResponderEliminarAhora me escriben mail. Los de personas interesantes los guardo en "personal" y los releo de vez en cuando.
Si yo también tengo alguno por ahí guardado. En fin...
EliminarSaludos
Yo tengo las fotos en una caja también, todas mezcladas. Sin orden ni control ninguno... (apenas la abro, me asusto) 😘
ResponderEliminarBesos.
EliminarSi, ya se. Yo las tenia así y las había preciosas un día se quemaron todas.
Besos