nieve en Mayo

        Imagino que eran achaques abriles (chavea, mozo, jovenzuelo) lo cierto es que se enamoraba platonicamente y no tan... de sus jóvenes amigas (casadas o similar) pero es que como quiera que a esas edades lozanas, ellas con cierta inocencia (¡?),  mas debido a la familiaridad o amistad flotante en el ambiente podían llegar a erizar a veces los pelillos (solo... bueno) del mas templado con sus ocurrencias.

       Era Mayo y en esas tierras mayo prácticamente y sin,  hace un calor que te c... vamos como si fuera verano. Era un fin de semana de esos que decidían ir todos con los críos a pasar el sábado a la dehesa, donde el abuelo cuidaba sus ovejas y a la sombra de las encinas aun se podía soportar la estación.  En esos entonces pintaba aquella acuarela que le había prometido el invierno anterior por eso de la nieve en el cuadro. Siempre pintaba con luz natural que es la única que es blanca real y es la que permite reconocer los colores idóneos para cada momento (maniático).

       Y allí estaba, enfrascado en mojar el papel para que cuando pusiera el cielo no trabajar mucho y dejar al azar del agua y los colores trabajarse ese cielo sin apartarse de la intención de por donde deberían ir sus derroteros. Y fue cuando apareció de pronto con aquellas blusa y falda vaporosas que le aportaban frescura tanto por el calor como por la figura que dejaban ver o imaginarse a ratos. Se  acerco y subiéndose ligeramente, primero la falda y después tirando del escote de su blusa hacia abajo, dejo primero,  sus piernas maravillosonas y el vértice mas erótico de lo que se imaginaba  a un polígono de tres lados a la vista. Y después un hombro maravilloso y un canal ( no precisamente de La Mancha ) al grito de: -¡ Mira como me estoy llenando de pecas por culpa de ese de ahí arriba! Señalando al sol.

              ¡Ah! las pecosas son tan sensuales...

En fin.  
                                                   Las Pelirrojas. También.