enmaScarados

al llegar en la entrada del cementerio alla en el suelo me pareció ver algo parecido a varios objetos. 

desde  un tapón de una botella de cava hasta un papel qe alguien hubiera enrollado haciendo una pelota para tirarlo. Al acercarme más, asustado empezó a moverse hacia el seto. Era un volandón de colorin. 

Se ven colorines por estos cipreses. 

Seguí mi camino y cuando volvía ahí estaba de nuevo en el mismo lugar mirando fijamente la copa del viejo ciprés destartalado que ya había perdido su forma esbelta y alargada y era una copa mas parecida a cualquier otro árbol pero llena de calvas.

Seguramente ahí arriba estaba el nido del que por enreda se había caído ya que aún no podría volar lo suficiente y como mucho conseguiría aterrizar planeando. Mire hacia arriba porque normalmente cuando un volandón se cae los padres suelen colocarse en las ramas alrededor vigilando.

Pero no. No había nadie merodeando por esas ramas seguramente habrían salido a buscar comida.

Me las he visto y deseado para cogerlo con cuidado de no achucharle mucho y he lanzado hacia arriba de la copa. A estado a punto de caerse pero al final ha conseguido prenderse  a una de las ramas.

Una vez ya en la villa medieval me he cruzado como de  costumbre con muy pocos mortales solitarios como yo mismo. 

Si al rato con una chica ataviada como suelen para correr (yo digo estilo El corte inglés) sexy. 

Ahora con la mascarilla lo mismo era alguien conocida. Me ha dicho adiós con la cabeza y yo me he fijado en los brillos del sudor que le va desde donde se sitúa su pendiente todo el cuello abajo hasta perderse por el escote. 

He pensado; ¡coño no me importaría tocar ese brillo aunque el sudor no me llame nada la atención. Más bien al contrario... Pero este...!

Era un sudor muy sensual 

Después como suelo algunos días me he ido al super a por algo que necesitaba para preparar la ensalada de arroz y verduras que pensaba en hacer hoy y al bajar la acera para cruzar la carretera a la otra del portal me he dado de narices con un tipo calvo y con pinta de despistado (enmascarado) que me hacía señas unos instantes antes diciendo al tiempo algo que no conseguía escuchar por el ruido de los coches. Me puse la gorra y una vez en el portal se fijo en ella y se disculpo diciendo; -Es que he perdido la gorra creo, por aquí, y pensé que era esa.

  Me mire en el espejo de la puerta de entrada. Vi lo mal que me sienta. Volví a sentir el calor que mete y subí las escaleras recordando al hombre que vendió el mundo.

Nos cruzamos en la escalera,

hablamos de lo que pasó y cuándo pasó,

aunque yo no estaba allí,

él dijo que yo era su amigo,

lo que me pilló por sorpresa

se lo dije a la cara,

creía que habías muerto solo,

hace mucho, mucho tiempo.

Oh no, yo no,

nunca perdimos el control.

Estás cara a cara

con el hombre que vendió el mundo.

Yo me reí y le di un apretón de manos,

e hice mi camino de vuelta a casa.

busqué una tierra extranjera,

durante años y años, vagué,

miré sin mirar ,

anduvimos un millón de colinas,

debí haber muerto solo,

hace mucho, mucho tiempo.

¿Quién sabe?

yo no,

nunca perdí el control,

estás cara a cara

con el hombre que vendió el mundo.

¿Quién sabe?

yo no,

nunca perdimos el control,

estás cara a cara

con el hombre que vendió el mundo.

(D.Bowie)