mañanas . noches

llevo largo rato frente a ese árbol ¿muerto? 

quizás no del todo. Veo como ínfimos brotes en la punta de sus mas esqueléticas ramas. O quizás. quiero verlos.

al menos vivos están los líquenes que lo tapizan. quiero pensar. porque... ¿viven los líquenes? 

o como los virus.  viven pero no viven.

siempre me gustó fotografiar o pintar arboles. sobre todo arboles muertos, retorcidos, secos. como ese que da entrada a este viejo cementerio y que sus ramas retorcidas, en mis andanzas nocturnas por este lugar mas de una de esas noches al verlas he pensado: si es posible que los arboles sientan dolor.

Y de pronto vuelvo y me doy cuenta.  que en realidad no miraba ese arbusto medio muerto que se retuerce ante tu tumba. 

miraba en mi cabeza esa foto de los dos en que llena de vida reía y reía yo. No recuerdo que, pero lo que fue debió ser muy placentero por nuestras caras.

no he parado la música. . .

Por que a lo mejor la escucha

siempre seras la prueba de cuanto se puede llegar a querer a una mujer sin necesidad de enamorarse de ella.