Acabo de cruzarme con esa chica triste. Pero es que la mañana también esta un tanto así, el cielo ha amanecido sembrado de nubes, pequeños cumulo-nimbos que dan un color oscuro a ratos.
La he visto venir desde donde aparece la acera tras coronar esta un montículo en la carretera de Plasencia y al llegar a mi altura como de costumbre no he podido dejar de observar durante unos instantes su media melena morena y sus ojos claros. Se ha movido apartándose ligeramente a su derecha para dejarme la mía libre, debe verme como una persona mayor, porque la acera es muy ancha incluso con un jardincillo a todo lo largo. A veces, incluso cuando la he visto acompañada hablando y ha sonreído, me imagino por algo de la conversación, sus ojos se siguen viendo tristes a pesar de su boca. Y no debería. Aunque por otra parte creo, es natural que cuando has vivido con alguien durante bastante tiempo aunque sea un gilipollas (por decir algo suave) como es su caso, la separación siempre tiene un tinte grisáceo y sabor amargo. No tardó en volver a tener pareja, pero es natural porque sin ser una belleza excepcional si que llama la atención. El gilipollas en cuestión se lio con otra y de un plumazo se cargaron dos parejas estables, y no es porque sea un fuera de serie ni un semental, lo se precisamente por la chica que se coló en medio. Pero el amor es extraño, aunque solo dure un telediario como les ocurrió a estos dos tontos. Y además se lleva por delante algunos mas que parecían consolidados, que por cierto es una memez porque esto dura lo que dura y no hay mas...
Pero es que cada vez que me la cruzo y suele ser muy a menudo, siempre me llama la atención su semblante triste no exento de belleza. Como su forma de caminar un poco perdida.
Músicas en esta entrada: Los Mitos - este es mi llanto
No hay comentarios:
Publicar un comentario