-Al final acabare llamándole el mensajero de los fantasmas, porque es ya la segunda vez que me trae noticias. Creo que no es otra cosa que el morbo de decirme y mirar para ver qué cara pongo. Puedo ser muy frío si así las circunstancias lo aconsejaren, pero he de reconocer que esta noche me hizo pensar…
Creo que hasta podría forzar un encuentro. Pero no, tan solo miraría por aquello de ver como se conserva después de tanto tiempo. -
Pensaba algo parecido hacia pocos días mientras daba uno de esos paseos nocturnos a orillas del Atlántico mientras aun con el sol perdiéndose ya en el horizonte, observaba una pareja que cogidos de la mano caminaban hacia ese sol rojizo que poco a poco bajaba como si fuese a sumergirse en el agua, dejando solo ver prácticamente dos siluetas negras que instantes después se fundían en un beso tranquilo pero imaginando no exento de pasión. Así le asalto una especie de desasosiego al tomar conciencia de algo en lo que hasta ese instante no había caído. Hacía demasiado que no besaba a nadie con esa pasión con que lo hizo, hacia tantos, tantos años, con aquella chica. Luego siguió caminando por la playa sintiendo el frescor del agua en los pies sin dejar de ver el espectáculo del ocaso en aquella tarde salpicada de neblina.
Ahora ya una vez de vuelta de las vacaciones mientras entre copa y copa en la terraza del bar junto a los amigos, este “mensajero del fantasma”, le movía las meninges con aquella afirmación.
- No quería decirte delante de… por si…
- Es que ya no me importa mucho ¿sabes? Ha pasado demasiado tiempo desde aquello, ahora tengo otra vida y otras compañías.
Pero esa noche una vez en la cama y a pesar del cansancio estuvo oyendo las campanadas del reloj de la torre cercana una y otra hora sin poder conciliar el sueño. Imágenes rápidas como de un flash back de aquella mujer, de otras amigas lejanas pero muy presentes a través del móvil o Internet iban y venían como si estuviera aquejado de un estado febril. Había decidido que pasaría a verla.
Luego ya con el sol de la mañana siguiente supo que no valía la pena volver, tan solo por el morbo de ver como se conservaba. Ya que hacía mucho tiempo que había decidido que la imagen que conservaba de ella era la que le gustaría dejar para siempre en su cabeza y sus ojos.
¡Ea! ya me has puesto nostálgica con tus letras y esa música tan bien escogida...
ResponderEliminarque se le va a hacer. hoy era lo que había.
ResponderEliminarbesos