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(Podríamos haber visto esto desde la muralla tras el viejo cementerio pero estábamos demasiado concentrados en nuestra conversación. 1974)

        Y ahora si que fuera que se paro el tiempo, y no como decía en el post de anoche que ahí si era en sentido figurado.

 

        Y es que desde anoche paseando por la plaza mayor mirando los libros en la feria del libro que como todos los años marca que el otoño ya esta aquí, un ojo en los libros y otro en la vieja iglesia de San Martín por si un querido fantasma apareciese de pronto por la puerta.

 

        He subido a pasear y disfrutar la puesta de sol que hoy se prometía espectacular y seguí con un ojo en la muralla, aquella que nos acogió más de una puesta de sol parecida y otra en la puerta del viejo cementerio por si acaso salieras por ella.

 

        Han pasado muchísimos años, como treinta y.... ¿quizás?

 

        Pero pudo mas la belleza del cielo encendido tras la muralla que me atrajo sin poder remediarlo a el y lo alto del montículo que sostiene al "Espolón" que es como llamamos aqui a la ultima torre que da sobre el acantilado, vértice mas occidental de la muralla, porque en el fondo sabia que estabas aquí, desde anoche lo sentí, tu olor estaba en el ambiente, y lo extraño es que tu olor es nada no es ningún perfume en particular pero si, flotaba en el aire, seguro.

 

        Hice mil y una fotos y volví ya con las brumas de la noche, pero tomándome mí tiempo ya que cuando volví a pasar junto al cementerio, ya tan solo quedaba el enterrador que tomaba su coche después de cerrar la cancela.

        Me he detenido como casi siempre ante los barrotes de hierro oxidado por los años o quizás mas, de estar ahí, he mirado la luz que se escapa verdosa entre los panteones de granito cubierto de musgo ennegrecido por el paso del tiempo, que ahí adentro no pasa y ya noche me he dado por terminado el paseo y los recuerdos de aquellas conversaciones larguisimas tuyas y mías hablando de ella quejas lanzadas al viento al fin y al cabo para no cambiar nada. Pero juro que me he visto ahí contigo subido mirando el horizonte enrojecido y mas tarde la sensación de vacio de no haber podido repetir esta noche esa imagen en negro contra la luz mortecina del sol que se extingue de nuestras siluetas oscuras.

 

Resignación.... ¿?

 

        He bajado ya hasta la plaza resignado a seguir por no se cuanto tiempo sin volver a verte....

 

        Y se paro, si, porque te he tocado por la espalda y tu cara...

        Es como si hubieras visto un fantasma no reaccionabas ahí mirando como quien quisiera que fuera verdad y no lo fuera. He visto a Antonino sonreír y es que nos ha visto la cara a los dos. Para el y para mas gente el tiempo se paro hace treinta y tantos y nunca comprendieron que entre los dos tan solo pudiera haber amistad (enorme), cariño, (este no se podría medir jamás porque no habría medida suficientemente grande) y es que hasta yo mismo dude a veces que solo, o tan solo fuese eso. Pero esta noche volvió a ser ha pesar de tantos años cuando te he tocado y nos hemos abrazado la misma sensación de aquella última (penúltima) vez.

 

        Ahora me imagino que ya estarás en tu pequeña Roma de nuevo o en todo caso llegando, pero ahora no volverán a pasar todos esos tiempos perdidos porque ahora hay teléfonos móviles e mail y los tenemos los dos anotados.

 

        Sabía que no era yo el único que muchas noches en la cama mirando al techo sin ver nada pensaba en ti, porque tu misma hace dos días hablabas de mí con tu amiga y luego pensabas que yo sigo aquí también.

 

        Tenía previsto para el sábado próximo un viaje a La Pequeña Roma pero ahora se que tendré un guía de lujo.

 

        Maravillosa sensación que me llena todo, todo.

                                                                    octubre 08 2006 Erik