con luz o sin ella

Es que siempre he sido un ser preferentemente nocturno pero hora que ya no tengo horarios que cumplir durante algún tiempo he cambiado las sombras por los colores algo más vivos. Pero de vez en cuando me permito habitar entre dos luces y salgo cuando aún la luz no es la protagonista absoluta y puedo moverme en mi salsa en la penumbra de la noche aún cuando ya comienza a ser  efímera.

Si salgo temprano y ya ha llegado la luz me cruzaré con paseantes con perro. Como ella por ejemplo. Es extraño pero jamás la he visto sonreír y ahora con la mascarilla... imagina. Siempre con gafas ahumadas y una coleta que le sale por encima de la tira que sirve para ajustar el tamaño de la gorra.

Diré que es "Guapa . 0" vamos. Guapa que te hace mirar al pasar pero sin estridencias y sin empalagar de lo más natural. Hoy como es domingo iba acompañada, sin perro como de costumbre los fines de semana. 

Momentos más tarde me he cruzado con el "Trompetilla" y su compañero que venían del parque de más arriba. No se si esta noche habrá dormido ahí sobre el césped del seto bajo las bignonias. A mi megusta mas el otro nombre; arbusto de Pandora. Cargaba ya con la litrona para el desayuno. Hoy debía tener pasta porque no me ha pedido nada.

Como mañana dominguera no hay movimiento y eso me gusta, soy un solitario empedernido y prefiero a estas horas no encontrar gente y claro la cabeza se dispara con las mil imágenes que me voy encontrando durante mi camino a las alturas.

No he podido sustraerme a la imagen de ella de cuando nos hemos cruzado y mis meninges se han puesto en marcha como era de esperar. Su imagen esbelta de treintañera si acaso, me ha traído por asociación de ideas aquellas mañanas de fin de semana cuando empezamos a vivir juntos MR y yo aunque era por entonces mucho más joven que esa chica. Yo no, yo tendría la edad que puede tener ella ahora por entonces. 

Esas mañanas en que echada boca arriba sobre las sábanas oblicua a la cama dejaba un poco caer la cabeza hacia atrás y ese efecto que hacía ver desde la altura de su ombligo hasta el cuello recto el torso y solo la altura de sus pechos duros bajo la camiseta rompían la línea. Una rodilla flexionada descansando el pie sobre la cama formando dos hoyuelos característicos que quedan a izquierda y derecha  por la braguita mínima sobre su monte de Venus.

Pero lo cierto es que yo no estaba viendo a MR. sino más bien a esa chica o imaginando.

Y enfrascado en muchísimos pensamientos al fin ahí estoy frente al espejo de la puerta y no se por que de pronto me viene a la cabeza la imagen cuando ayer visione la Traviata, los pezones erectos en un momento dado de la soprano que estaba por cierto de muerte en esa representación, pero estos mirando al cielo de forma irreverente y magnífica.

Estoy en casa.