Sentado ahí arriba mirando como la carretera al fondo serpentea en los días claros.
Al fondo veo la ciudad justo donde se esconde el sol, como en la canción. Que ahora escucho a solas y en otro momento siempre escuche acompañado.
Allí de donde trajimos ese disco. Aquellos discos. Ahora todas esas caratulas huelen a moho mientras se llenan de polvo y envejecen.
Y bueno... Al menos me queda ese olor,
a falta
Tonos pastel
Cuando llega el atardecer
Y quema el camino dorándolo hacia el oeste
La ciudad se oye lejana
acariciando las hojas temblorosas
muriendo en las orillas del horizonte lejano
Entonces el canto de la noche viene armonioso
Y permanece hasta el
final del día
Solo una canción en la tarde fluye
como un río cayendo
Y como el río fluye lejos
Miro a través de la ventana
Donde retorcidas
sombras juegan
Y los árboles
desnudos bajo la helada
El extraño se apresura por el frío
La solapa alrededor de sus orejas
Soñando palabras de consuelo y fuego
Entonces el canto de la noche viene en suave armonía.
Y permanece hasta el final del día
Solo una canción de la tarde fluye
como un río cayendo
Y como un río fluye lejos
(Magna Carta)
ResponderEliminarParece que dejó de llover... afuera.
;)
Besos
Si ahora hace mucho frío, parece que llego el invierno en vez del otoño.
ResponderEliminarUn beso
La nostalgia es un arma de doble filo, acompaña pero también puede doler.
ResponderEliminarBesos.
Vamos que si, Amapola. Mucho, mucho.
ResponderEliminarBesos
Siempre quedan esas huellas vestidas de nostalgia…
ResponderEliminarHermoso y sentido post, querido amigo.
Abrazo grande, y feliz finde.
gracias Ginebra.
ResponderEliminarIgualmente para ti-
Un beso