- Cuidado según que lees. No puedes tomarte al pie de la letra y menos meterte en el pellejo de cualquier personaje, por mucho que te haya impresionado o tan solo es que hayan aparecido presuntas simpatías al respecto.
Seguramente eso debería haberle dicho y no solo haberlo pensado. Pero fui y siempre seré el mismo. Por eso al final ellas o bien salen corriendo. O siguen conmigo, me dejan por imposible en mi mundo y bueno me soportan porque piensan que están enamoradas.
Así vino aquella mañana. Deslumbrada. Había descubierto a "Werther" no recuerdo si al de la opera o al literario, pero en fin una cosa le llevo a la otra creo. Tan impresionada andaba (era preciosa) que me quede un buen rato sin poder decir nada, solo mirarle la cara que parecía como si el sol solo iluminase a ella solamente, sonreía y casi saltaba. - Esta noche me voy a ir a dormir al castillo. Siguió en su conversación. Y mi trabajo me costo convencerla de que olvidara semejante locura, y ahora que lo pienso yo confiado como soy que me trago lo ultimo que me dicen si parece algo convincente -¿No dormiría al fin esa noche allá arriba sola, al final? Ahora no las tengo todas conmigo... Pues nada lo pensé pero como de costumbre no le dije que pensaba. Si mas de una vez le hubiera hablado, ¿quien sabe? a lo mejor ahora no estaría aquí escribiendo sobre esto. Deberíamos (debería yo) haber tratado sobre el libro, eso luego nos habria llevado, lo sé seguro a "Fausto" y al final seguro... habria salido a colación hasta el "Don Juan triunfante".
Cinco años después aproximadamente, salia yo de una librería de la Gran Vía con "El Fausto de Gunod" en mis manos recordando como unas noches antes me había dicho así también de alegre que había asistido en París a la opera y había visto a nuestra querida Mariposa. En ese momento me vino a la memoria: - ¡Tú. No estás enamorado de mi.! ¡Tú estas enamorado de la "E" que has creado y vive en tu cabeza ! y que me soltó muy cabreada aquella tarde sentados sobre la hierba a la orilla del estanque. Ese fue el principio del final
...Se me ha dado de puta madre cabrearlas toda mi vida.
Me ha hecho reír con eso que se te ha dado muy bien cabrearlas en tu vida... igual, si no se marchaban la primera vez para siempre, y volvían, por algo habrá sido...
ResponderEliminarUn beso.
Es cierto. Las ponía de los nervios. Me tiraban lo primero que tenían entre manos. Una llevaba un cuchillo de cocina enorme y por poco se carga los cristales de la puerta. Y después me decía que lo mas frustrante es que no se podía discutir conmigo porque simplemente no la respondía.
EliminarEs que cuando uno no quiere, dos no discuten.
Salud
Jajajajajaja... yo también digo siempre esa frase final. Ahora entiendo.
Eliminar💋
A veces cuando lo pienso es que no es de muy buena educación.
Eliminar¿Por qué? ¿un@ debería querer discutir... pelear... cabrearse? La vida es demasiado corta para eso... prefiero invertir mi tiempo en cosas mejores.
EliminarCreo que ésa frase te ha dado mucho que pensar.
ResponderEliminarBesos.
¡Oh!! Ya lo creo...Besos
EliminarJajajajajajaajajajajajajaja ¡qué joío!
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Son cosas que pasan y eso si que no es utópico en absoluto.
ResponderEliminarBesos
Cuando se es joven se actúa como joven. Uno sabe que va a hacer con la vida.
ResponderEliminarLuego la vida hace con nosotros lo que hace.
Y ya no somos tan jóvenes pero somos más sabios y comprendemos.
Y si, hay mujeres que saben querer aceptando hasta los perfiles más insoportables que acarreamos.
Es cierto. Es la más joven, pero es la única que entendió enseguida que lo único que había que hacer conmigo era dejarme respirar y dejarme ratos a mi aire. Y hasta ahora...
EliminarYo con ella quid pro Quo.
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